Por José Sobrevilla
Todo parece indicar que, a partir de este viernes 19 de marzo, el gobierno del Presidente, Andrés Manuel López Obrador –contrario a lo que ha afirmado desde que inició su administración en el sentido de que no se rescatarán instituciones financieras– ha dado indicaciones de salvar la Bolsa Institucional de Valores, BIVA, que a propuesta de Pedro Aspe Armella y otros, fue autorizada antes de que José Antonio Meade Kuribreña dejara su cargo en la Secretaría de Hacienda para incorporarse a su fallida campaña por la presidencia del país en el año 2017.
Se trata de la competencia de la Bolsa Mexicana de Valores, que llevaba más de cuarenta y seis años solo en el mercado, y que el clan del expresidente, Enrique Peña Nieto, ligado al salinismo, dejó establecida antes de concluir su mandato. Esto forma parte de una pregunta que este corresponsal ha pretendido hacer en las conferencias mañaneras, pero que aún no ha sido posible porque ‘el dedo del señor’ (Presidente) siempre ha apuntado –democráticamente– hacia otro lado.
La pregunta a plantear es la siguiente:
Señor presidente:
Usted ha mencionado, reiteradamente, que en su administración no se van a rescatar negocios privados y menos instituciones del sector financiero como se ha hecho en el período neoliberal.
Sin embargo, su Gobierno ha enviado a la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria, CONAMER, una propuesta de norma para obligar a las casas de bolsa a realizar, por lo menos, la tercera parte de sus operaciones en la segunda Bolsa de Valores de México que se llama BIVA, competidora de la Bolsa Mexicana de Valores.
La Bolsa Institucional de Valores, BIVA, fue una iniciativa, entre otros, del señor Pedro Aspe y quien le dio la licencia para operar fue el ex Secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade Kuribreña el año 2017, justo antes de irse como candidato a la Presidencia de la República.
Lo preocupante, señor presidente, es que para crear ese negocio se operó una emisión en la bolsa, y para fondearlo se tomaron recursos de las afores, principalmente de Pensionissste, por más de 650 millones de pesos. De ese modo, si el negocio quiebra –que es lo que está pasando- perderán su dinero del retiro los trabajadores de la administración pública y si rescatan a BIVA ganan los empresarios privados que lo administran.
La propuesta para el rescate de BIVA se ha elaborado en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y si hasta el viernes 19 no hay objeciones se va a rescatar a BIVA con una norma de tercer nivel.
¿Confirma usted, Presidente, su interés en el rescate de esa institución del mercado financiero como es la segunda Bolsa de Valores, BIVA?
La Bolsa Institucional de Valores, es la segunda en México y comenzó operaciones el 25 de julio de 2018, operando los mismos instrumentos que la Bolsa Mexicana de Valores: acciones, deudas, garantías y algunos instrumentos mexicanos específicos como CKDs y FIBRAs (figura rentable y exitosa creada por Pedro Aspe con Evercore Partners).
Fue el 29 de agosto de 2017, cuando Enrique Peña Nieto, el entonces presidente, otorgó la concesión a Santiago Urquiza Luna Parra, como presidente de la compañía matriz de BIVA, Cencor (empresa Central de Corretajes S.A.P.I. de C.V.), para abrir y operar la nueva bolsa de valores en México, concesión publicada el mismo día en el Diario Oficial de la Federación, que inició operaciones el 25 de julio de 2018[1].
Como decíamos, la autorización del título de concesión fue firmada el 27 de agosto de 2017 por el excandidato presidencial del PRI, José Antonio Meade Kuribreña, quien, como titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) permitió que Santiago Urquiza Luna Parra, en su carácter de representante legal de BIVA, S.A. de C.V. y presidente de CENCOR, cambiara la razón social de la sociedad para convertirse en Bolsa Institucional de Valores, S.A. de C.V.
Según reportaje de Claudia Ocaranza y Ricardo Balderas (Poderlatam.org/octubre/03/2018) “gran parte de las empresas listadas en BIVA, pertenecen a élites políticas y empresariales de México, donde Pedro Aspe Armella, Daniel Kuribreña Romero de Terreros y algunos integrantes del Consejo Mexicano de Negocios, CMN, son también parte importante del desarrollo de este nuevo sistema.”
Por lo menos ocho años le había llevado al familiar de Mead Kuribreña el trabajo colaborativo de las empresas que constituyeron BIVA y la compañía CENCOR. Desde el 16 de Julio de 2010 –por ejemplo– las empresas Indigo Partners LCC, Discovery Americas, Emilio Diez Barroso, Pedro Aspe e Ignacio Guerra, adquirieron el 50% de la empresa Volaris, esto, con asesoría de Daniel Kuribreña Romero de Terreros, primo segundo de José Antonio Meade Kuribreña.
Transacción donde el Grupo Televisa (integrante también del CMN) había firmado de conformidad para vender el 25% de las acciones de Volaris a los empresarios compradores, y así se concretó el negocio. Pedro Aspe Armella, aliado financiero del Grupo Atlacomulco, había participado como titular de la SHCP, debido a la política económica aplicada en su gestión junto al expresidente Carlos Salinas de Gortari, que dio como resultado el llamado “Error de diciembre”, una de las peores crisis financieras en la historia de México[2].
Con todo y ese respaldo BIVA no ha logrado más que llegar a operar apenas el 2 por ciento del mercado lo que le asegura que en breve será una empresa inviable por el nivel de gastos que requiere su operación. Y si eso ocurre, el dinero tomado de los asegurados de Pensionissste y otras afores se perderá irremisiblemente.
Lo que pocos esperaban es que fuera la propia autoridad del mercado de Valores, es decir, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, CNBV, la que saliera a proponer una norma que obligue a las casas de bolsa a negociar en BIVA, por lo menos el 30% de sus operaciones, para salvarla de la quiebra. O sea, más bien, para rescatarla de la insostenible situación en la que hoy se encuentra.
Y eso cuando el Presidente ha vuelto a decir el 12 de marzo pasado –con ocasión de la 84° Convención Bancaria que organiza la Asociación de Bancos de México– que “no cambiarán las reglas del sistema financiero”. ¿Y la COFECE apá?
Pero antes de concluir, permítame decirle que Santiago Urquiza Luna Parra, el principal impulsor y presidente de la compañía matriz de esta casa de bolsa, es compadre de Agustín Carstens y habitualmente ha sido señalado por manejos no del todo claros[3], según consigna La Política On Line (19/12/2018); mientras que Expansión registra que los integrantes del FTSE-BIVA no podrán tener un peso mayor al 15% del índice; América Móvil, que es la más representativa, solo tiene el 13.11% de la participación.
“Entre las empresas grandes de BIVA están –al igual que en la BMV– América Móvil, FEMSA y Grupo Financiero Banorte. En el grupo se añade Fibra Uno, la cual no pertenece al S&P/BMV IPC. También incluirá Fibras como sector relevante y representativo de la economía, cosa que no sucede en la BMV. Las medianas que no están en el S&P/BMV IPC se encuentran Telesites, Bachoco y Aeroméxico. Mientras que en el listado de las pequeñas se añade Terra, Fibra Macquire, Vesta, entre otros”[4].
[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Bolsa_Institucional_de_Valores
[2] https://poderlatam.org/2018/10/las-empresas-de-la-elite-que-dieron-vida-a-biva/
[3] https://www.lapoliticaonline.com.mx/nota/118545-a-seis-meses-de-su-lanzamiento-en-el-mercado-ya-se-habla-de-un-fracaso-de-biva/
[4] https://expansion.mx/empresas/2018/02/14/10-datos-que-debes-saber-de-biva-la-nueva-bolsa-de-valores-en-mexico
Esta es opinión personal del columnista