Por José Sobrevilla
El abogado penalista José Antonio Ortega Sánchez, presidente del Consejo Ciudadano por la Seguridad Pública y la Justicia Penal. A. C. (CCSPJP) se ha dedicado a defender a lo largo de 40 años a las víctimas de delito, dice su biografía. Ha sido presidente de la Comisión de Seguridad Pública y apoderado de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex); presidente de la Comisión Mexicana de Derechos Humanos, miembro fundador de México Unido Contra la Delincuencia, representante legal de las víctimas en el asesinato del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo (1993).
Igualmente ha sido representante legal del señor Eduardo García Valseca, de la familia de los soles (José García Valseca), la empresa periodística, quien fue secuestrado. También representante legal de la señora Lourdes Batista por el secuestro y homicidio de su hermano Félix Batista, intermediario de una aseguradora para el tema de seguros contra secuestros.
Pues resulta que don José Antonio Ortega está siendo noticia porque ha sacado el Ranking 2019 de las 50 ciudades más violentas del mundo, donde México es el epicentro mundial. Señala que por tercer año consecutivo una ciudad mexicana es la más violenta del mundo, Tijuana, con una tasa de 134.24 homicidios por cada 100 mil habitantes.
En las ediciones anuales de este ranking, en la mitad (6) la ciudad más violenta del mundo ha sido mexicana (esto es, en los años 2008, 2009, 2010, 2017, 2018 y 2019). En 2019 las cinco ciudades más violentas del mundo, son todas ellas mexicanas: Tijuana (área metropolitana o AM), Juárez, Uruapan, Irapuato (AM) y Ciudad Obregón. De las 10 ciudades más violentas del mundo seis son mexicanas. Además de las cinco antes mencionadas, donde figura Acapulco.
México es el país con el mayor número de ciudades violentas: 19 de 50. Casi el 40% de todas las ciudades más violentas del mundo son mexicanas; sólo en 2016 Brasil alcanzó tal cifra. Ciertamente del ranking salieron las ciudades mexicanas de Tepic y Coatzacoalcos, pero en su lugar entraron Cuernavaca (un reingreso, pues había salido en 2015), Guadalajara, León, Morelia y Zacatecas.
Si México es el epicentro mundial de la violencia se lo debe a sus gobernantes. Los gobiernos anteriores al actual, de Andrés Manuel López Obrador, fueron incompetentes en extremo para controlar la violencia, pero al menos parecía que intentaban frenarla.
“Pero la política del actual gobierno, dice Ortega Sánchez, es mucho peor que las políticas de los gobiernos anteriores y el resultado es el de niveles de violencia sin precedentes. El problema central es que este gobierno al tiempo que trata a los delincuentes como víctimas, es claramente hostil hacia las verdaderas víctimas. Ee niega a aplicar la fuerza legal contra los criminales y en cambio les ofrece subsidios, como las “becas” del programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” que debieran, supuestamente, poner fin a los sicarios al convertirlos en becarios: Por supuesto los sicarios, aunque sean becarios, siguen siendo sicarios”.
Por si fuera poco –continúa el documento–, el gobierno de López ha ofrecido amnistías a delincuentes ya presos y ha empezado a otorgarlas. En contraste, los gobiernos que han decidido aplicar la ley a los criminales han tenido éxito. San Salvador dejó el ranking en 2019, luego de figurar en todos desde 2008. Todavía en 2015 esta ciudad ocupó el tercer lugar.
El nuevo gobierno se propuso y está logrando retomar el control territorial del Estado frente a las pandillas y endurecer las medidas contra los pandilleros presos, en lugar de negociar “treguas” con ellos.
En 2019 del ranking salieron 6 ciudades de Brasil. Cabe recordar que en 2018 tuvo 14. Pero ingresaron dos ciudades brasileñas. Sin embargo se trata de un logro notable bajo el nuevo gobierno, el cual tampoco es complaciente con los criminales y les aplica la ley sin miramientos.
Esta es opinión personal del columnista