Córdoba, Ver. – Desde hace tiempo a los medios de comunicación se les ha denominado como el cuarto poder por la importancia y opinión pública que generan ante la sociedad y el dinamismo al crearla, difundirla y el impacto que ésta tiene.
Así mismo, al paso del tiempo se han encontrado con limitantes y obstáculos, lo que podríamos llamar barreras de comunicación.
Está claro que para que exista una plena comunicación debería de haber un emisor, receptor y un canal por donde fluya la información, sin embargo, actualmente no es posible llegar al receptor y los canales se están perdiendo poco a poco, pero, ¿a qué se debe?
Sin duda la información y las noticias no nacen, se crean, no caminan, se difunden y esto gracias a la gran labor de los comunicadores y reporteros que deberían de tener el poder en la tinta de sus notas, en la fuerza de sus palabras al dar una información.
Sí, deberían porque no la tienen la han perdido, han perdido el poder de escribir, pensar y hacer sentir y saber su opinión pública como verdaderos comunicólogos que su deber les manda.
Han perdido su derecho a la libertad de expresión desde el hacer de su trabajo, tal cual sea la información y ahora son cautivos de sus palabras y opiniones, dejando en claro que a cada acción hay una reacción y dejando en duda la libertad de expresión.
Cabe mencionar que México es considerado como uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo. No es posible que alguien después de querer crear una noticia termine siendo nota, que ironía que un reportero haga la nota de un colega no porque éste lo quiera, sino porque le han arrebatado la vida. Tal es el caso reciente de los periodistas: José Luis Gamboa Arenas, Margarito Martínez y Lourdes Maldonado.
Atención, nos estamos quedando sin emisores y lo peor que la información no está llegando a su receptor como debería de ser, existe un ruido que se llama miedo y una realidad: los comunicadores han perdido el poder.
Por si fuera poco, los canales por donde pasa y fluye la información poco a poco y sin decir nada están cayendo y algunos otros callando; perdiendo su hegemonía no porque así se quiera, sino porque se hacen responsables de sus actos, pero sin embargo, nadie se hace responsable de sus derechos como periodistas, conductores y demás gente del gremio. Queda claro Han perdido el poder.
Por Israel Conde