Isaac Carballo Paredes | Poza Rica, Ver. | 19 Feb 2025 - 12:37hrs
Lo que una vez fue un espacio de alegría y recreación infantil, el parque de la plaza Paseo de la Burrita, hoy se encuentra sumido en un estado de deplorable abandono. Apenas cinco años después de su inauguración como un área de sano esparcimiento, este lugar, que debió ser el corazón del entretenimiento para los más pequeños, se ha convertido en un triste testimonio de la desidia y el descuido.
Los columpios, que antes resonaban con las risas de los niños, ahora yacen oxidados y silenciosos, sus cadenas colgando como espectros de un pasado feliz. Los toboganes, que alguna vez fueron el centro de la emoción, muestran cicatrices de desgaste y pintura descolorida, testigos mudos de la falta de mantenimiento. Los juegos de resorte, que incitaban a la imaginación y la aventura, ahora se encuentran rotos y desarticulados, como juguetes olvidados en el fondo de un baúl.
El área que rodea los juegos no se encuentra en mejor condición. El suelo, que debería ser suave y seguro para los niños, está lleno de baches y grietas, representando un peligro constante de tropiezos y caídas. La hierba, que antes era un manto verde y acogedor, ahora está seca y amarillenta, con parches de tierra desnuda que revelan la falta de riego y cuidado. La basura se acumula en las esquinas, creando un ambiente insalubre y desagradable.
La situación del parque infantil de la plaza Paseo de la Burrita es un claro ejemplo de cómo la falta de atención y mantenimiento pueden transformar un espacio público en un lugar olvidado y peligroso. Este parque, que fue concebido para fomentar la convivencia y el desarrollo de los niños, se ha convertido en un símbolo de la negligencia y el abandono, privando a los más pequeños de un espacio seguro y divertido para jugar y crecer.
Ciudadanos subrayan que es urgente que las autoridades tomen cartas en el asunto y realicen las acciones necesarias para rehabilitar este espacio y devolverlo a su antigua gloria. Pues afirmaron que no se trata solo de arreglar los juegos y limpiar el área, sino de implementar un programa de mantenimiento continuo que garantice que este parque, y otros como él, no vuelvan a caer en el olvido.