Isaac Carballo Paredes | Poza Rica, Ver. | 05 Mar 2025 - 11:55hrs
En un ambiente de reflexión y espiritualidad, fieles católicos acudieron a las principales iglesias de la ciudad para conmemorar el Miércoles de Ceniza, marcando el inicio de la Cuaresma y la preparación para la Semana Santa. En iglesias emblemáticas como la de Nuestra Señora de Guadalupe, los creyentes se reunieron para recibir la imposición de la ceniza, un símbolo poderoso que refuerza su compromiso con Cristo y su prójimo.
El presbítero José René Valero González destacó que la imposición de la ceniza inició desde temprana hora, cuando las parroquias estuvieron llenas de devotos que buscaban fortalecer su fe y comenzar un periodo de reflexión y penitencia. Destacó que la tradición de recibir la ceniza está profundamente arraigada en la fe católica, recordando a los creyentes que "polvo eres y al polvo te convertirás", según el Génesis 3:19.
En las 19 iglesias más representativas de la ciudad, cientos de creyentes se congregaron con el mismo objetivo: iniciar la Cuaresma con la imposición de la ceniza. Esta celebración no solo es un acto de fe, sino también un llamado a la reflexión y el arrepentimiento. Los fieles se preparan para un periodo de penitencia y sacrificio, buscando purificarse y pedir perdón por los pecados cometidos.
De acuerdo con el párroco, esta práctica tiene un significado profundo, ya que los creyentes reconocen su condición de pecadores y se comprometen a hacer penitencia por sus errores. La ceniza es un símbolo visible de este compromiso, manifestando ante la comunidad un sincero deseo de conversión y reconciliación. Durante este periodo, los católicos se comprometen a realizar actos de caridad, oración y penitencia, buscando renovar su espíritu y fortalecer su fe.
La celebración del Miércoles de Ceniza ha sido un éxito en términos de asistencia y fervor religioso. Las iglesias estuvieron repletas de ciudadanos que buscan purificarse y pedir perdón por haber ofendido a Dios y a su prójimo. A través de esta tradición, los católicos se preparan para vivir los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, fortaleciendo su fe y su compromiso con la comunidad.