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Alejandro Ávila | Martínez de la Torre | 28 Mar 2025 - 19:52hrs

Yesenia Valdivieso, coordinadora estatal de derechos humanos, nunca imaginó que un día estaría al otro lado de las rejas. No para ella, sino para su esposo, detenido arbitrariamente por policías municipales mientras transportaba una carga de limón, su único sustento.

La tarde del miércoles, Yesi recibió la llamada que le partió el alma: "Ven por la camioneta". Corrió al libramiento donde su esposo había sido interceptado por agentes que, según la ley, no tenían jurisdicción en esa zona. Lo encontró esposado, a punto de ser llevado al corralón junto con su vehículo y los cuatro mil pesos en limón que debía vender al día siguiente. "Es el dinero para las medicinas de mi hija, para la comida de la semana", gritó Yesi, mientras los policías ignoraban sus súplicas.

En un video en vivo que conmovió a cientos en las redes sociales, la defensora —acostumbrada a acompañar a otras víctimas— mostró las pruebas de la injusticia: el dinero intacto en la cartera de su esposo (que desmentía la acusación de que había gastado en alcohol), las esposas que le marcaron las muñecas, y la celda sucia donde lo encerraron sin derecho a una llamada. "Hoy me tocó a mí. Si esto me pasa siendo quien soy, ¿qué le espera a la gente que no tiene voz?", preguntó entre lágrimas.

Aunque su esposo fue liberado este jueves tras pagar una multa injusta, la camioneta y la mercancía siguen retenidas en el corralón, echándose a perder. "Nos quitaron todo. ¿Cómo le explico a mi hija que no tendrá su medicina porque unos policías decidieron arruinarnos?". Yesi, conocedora de los protocolos, enumeró las violaciones: detención ilegal, confiscación arbitraria, trato inhumano.

Ante la impunidad, anunció una huelga de hambre y una protesta frente a las autoridades. "Si es necesario, me desnudaré en el parque. No callaré". Mientras, su video sigue circulando, recordándonos que la injusticia duele igual, aunque lleve años denunciándola.