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Hallazgos arqueológicos reconstruyen la historia de Veracruz
El H. Ayuntamiento de Veracruz en colaboración con el INAH, ha propiciado el descubrimiento de diversos contextos arqueológicos que permitirán una reconstrucción detallada de más de cinco siglos de historia y vida cotidiana de la ciudad.

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Noreste | Xalapa, Ver. | 12 Jun 2025 - 10:55hrs

Un exhaustivo proyecto de rescate integral del Centro Histórico de Veracruz, iniciado en 2024 por el H. Ayuntamiento de Veracruz en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ha propiciado el descubrimiento de diversos contextos arqueológicos que permitirán una reconstrucción detallada de más de cinco siglos de historia y vida cotidiana de la ciudad.

El alcance de este salvamento arqueológico es considerable, abarcando una extensión paralela de 970 y 971 metros lineales sobre las avenidas Independencia y 5 de Mayo, respectivamente. Estas arterias principales atraviesan el primer cuadro de la urbe de noroeste a sureste, desde la calle José Montesinos hasta Ignacio López Rayón, proporcionando una visión profunda del desarrollo urbano de Veracruz.

La arqueóloga Judith Hernández Aranda, titular del proyecto y adscrita al Centro INAH Veracruz, ha presentado un balance de los hallazgos. Los frentes de excavación, abiertos para supervisar las obras de sustitución de drenaje sanitario y pluvial, líneas de agua potable e infraestructura eléctrica, de comunicación y fibra óptica, ofrecen una mirada al devenir de la ciudad entre los siglos XVI y XXI.

Aunque el tercer asentamiento de Veracruz se estableció originalmente a orillas del río Huitzilapan, en la comunidad de La Antigua (recientemente declarada Zona de Monumentos Históricos), la ciudad se trasladó a su ubicación actual a finales del siglo XVI e inicios del XVII. No obstante, las excavaciones arqueológicas han recuperado cerámica que evidencia una intensa ocupación en los terrenos cercanos a la plaza principal desde los primeros contactos hispanos.

En abril pasado, como parte de este salvamento, se localizaron restos arquitectónicos entre las calles 5 de Mayo y Constitución, a la altura del Templo de Nuestra Señora de los Dolores (La Pastora). Estos vestigios corresponden a una sección de la cimentación de los muros que custodiaban la Puerta de México. Cabe recordar que, durante el Virreinato y parte del siglo XIX, la ciudad de Veracruz estuvo amurallada, y el acceso terrestre se limitaba a unas pocas entradas, siendo esta la principal para quienes se dirigían a la Ciudad de México. El proyecto de urbanización de 1880 conllevó la demolición de la muralla y la reutilización de sus materiales para las nuevas vialidades, cuyos cimientos son ahora explorados por los arqueólogos.

Pese a que no se han encontrado piezas completas, sino fragmentos de vidrio, cerámica, hueso y otros materiales desechados, Hernández Aranda subraya la importancia de cada vestigio. Estos fragmentos permiten conocer aspectos cruciales como patrones de comercio, costumbres, gustos, hábitos de consumo, la procedencia de los productos e incluso cambios tecnológicos. La arqueología, a través del análisis de estos contextos, proporciona una ventana a las prácticas cotidianas de las poblaciones pasadas.

Otro hallazgo relevante se registró recientemente en una zanja excavada en la avenida 5 de Mayo, entre las calles Ocampo e Ignacio López Rayón, donde se revelaron restos de muros y una cimentación que presumiblemente pertenecieron a cuarteles y una prisión militar de la época virreinal, conectados a la muralla defensiva.

El proceso de levantamiento de la carpeta asfáltica también ha expuesto diversos niveles de piso acumulados a lo largo del tiempo. Destaca una capa de escombro compactado de inicios del siglo XX, bajo la cual se localizaron fragmentos de metacarpos de bovinos a 43 y 63 centímetros de profundidad desde el nivel de la calle. Estos huesos fueron fracturados intencionalmente para astillar sus diáfisis, lo que sugiere su uso para ser clavados en el suelo, posiblemente en lo que fue un patio de cuartel, indicando un método constructivo para generar una superficie plana, resistente y permeable.

La arqueóloga explica que, en siglos pasados, la piedra no era un material de construcción abundante en Veracruz. Por ello, partes de animales no destinadas al consumo humano, como huesos de patas y cráneos de ganado bovino, eran frecuentemente empleadas como material de relleno en sistemas constructivos, como se ha documentado en otras edificaciones históricas de la ciudad, incluyendo el edificio La Galatea, la Plaza de Armas y el Fuerte de San Juan de Ulúa.

Los materiales recuperados en este salvamento arqueológico se resguardan en la Ceramoteca del Centro INAH Veracruz, donde son sometidos a procesos de limpieza, marcado y clasificación en bases de datos.