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Noreste | Guerrero. | 19 Jun 2025 - 11:07hrs
Un descubrimiento fortuito en la comunidad de Chilacachapa, al norte de Guerrero, ha generado un significativo interés científico tras el hallazgo de restos óseos fosilizados de un gonfoterio, una especie extinta del género Cuvieronius. Este pariente cercano del elefante, que habitó la Tierra durante el Pleistoceno hace más de 16,000 años, fue descubierto el 8 de octubre de 2024. La recuperación del material paleontológico fue gestionada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a través de su representación estatal.
Los elementos fósiles recuperados corresponden a un único individuo y comprenden dos fragmentos de defensa (colmillos), cinco de costillas, uno de carilla articular de escápula (omóplato), una cabeza de fémur y su epífisis distal, así como una epífisis distal de tibia. Adicionalmente, se recuperaron dos huesos del metatarso y varios fragmentos menores a 10 centímetros que aún no han sido identificados. El Comité Coadyuvante Unión de Campesinos para el resguardo y conservación de la Zona Arqueológica Chilacachapa, ubicado en el municipio de Cuetzala del Progreso, ejerce la custodia de este bien patrimonial.
El hallazgo se produjo a tres metros de profundidad dentro de una fosa séptica de 3.50 metros cuadrados. Dada esta particularidad, no fue posible realizar una excavación arqueológica formal en el sitio, lo que impide conocer las características estratigráficas específicas y la disposición original de los huesos.
Con el objetivo de informar a la comunidad sobre la relevancia de este descubrimiento, el INAH llevó a cabo una charla informativa el 11 de junio de 2025. La sesión, dirigida a estudiantes de nivel básico y medio superior de la comunidad, enfatizó la existencia de vestigios de megafauna en Guerrero.
El investigador Jorge Cervantes Martínez, del Centro INAH estatal, quien lidera el proyecto junto al arqueólogo Antonio Hermosillo Worley, presentó un mapa con las posibles ubicaciones de estos animales extintos. Cervantes Martínez destacó que los restos “se han encontrado, sobre todo, en la sierra que atraviesa el río Balsas”, y señaló que esta es “la primera evidencia física que tenemos en la zona”.
Se exhibieron los cuatro huesos de mayor tamaño, y se discutieron otros vestigios encontrados en la región. Se planteó la teoría de que esta especie, nativa del continente americano, sugiere que este territorio pudo haber formado parte de un corredor que conectaba con lo que hoy es Sudamérica.
A pesar de la fragmentación y los altos niveles de humedad, los investigadores han determinado que los huesos se encuentran en buen estado de conservación. Esta condición sugiere la probabilidad de la existencia de más elementos en los alrededores, lo que ha motivado la solicitud de un proyecto de salvamento arqueológico en el predio contiguo. Los fragmentos óseos fueron sometidos a procesos de limpieza, estabilización y consolidación, y posteriormente embalados en cajas, a excepción de cuatro de ellos que actualmente se exhiben en una vitrina.
Aunque no se han realizado estudios de fechamiento específicos para este hallazgo, la hipótesis preliminar sugiere una antigüedad de entre 2.5 millones y 10,000 años, basándose en la coincidencia con las características de otro descubrimiento similar en el municipio de Zapotitlán Tablas. El informe detallado del hallazgo ha sido entregado al Consejo de Paleontología del INAH, presidido por el investigador Eduardo Corona Martínez, quien brindó asesoría sobre la identificación de la especie y se procedió con el registro correspondiente del descubrimiento.
La actividad de divulgación se efectuó en la cancha de usos múltiples de la localidad, contando con la presencia de destacadas autoridades y representantes, incluyendo al titular del Centro INAH Guerrero, Héctor Romeo Torres Calderón; el presidente municipal de Cuetzala del Progreso, José Luis Aparicio Villanueva; la comisaria de Chilacachapa, Miriam Estrada Ferrer; los regidores de Desarrollo Urbano y Obras Públicas y de Desarrollo Rural, Armando Segura del Pilar y Vania Caren Baiza Aparicio, respectivamente; la directora de Asuntos Indígenas, Celina Jaqueline Ríos Estrada; y los integrantes del comité coadyuvante, Yolanda Segura Calixto y Gabriel Nájera Miranda.