Isaac Carballo Paredes | Poza Rica, Ver. | 25 Jun 2025 - 11:35hrs
Mientras el gigante petrolero Pemex presume de responsabilidad social, el arroyo Salsipuedes se ahoga en una nata negra, transformado en un río de muerte por los constantes derrames de hidrocarburo. Habitantes de las colonias Palma Sola, 27 de Septiembre y el Fraccionamiento Floresta exigen a gritos que se obligue a la paraestatal a sanear esta arteria vital, hoy convertida en una cloaca que vomita crudo sin cesar, intensificándose la tragedia con cada lluvia.
Desde hace años, las familias ribereñas han sido testigos del horror que deja el derrame, con manchas abundantes de hidrocarburo que cubren cada centímetro del cauce del Salsipuedes, mientras que la empresa queda impune.
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Una y otra vez, los ciudadanos han clamado por la intervención de Pemex, suplicando una solución a esta catástrofe silenciosa que envenena su día a día. Sin embargo, la respuesta ha sido el silencio, la indiferencia más absoluta de una empresa que parece olvidar su compromiso con la tierra que la vio nacer.
Las propias autoridades municipales han alzado la voz, reconociendo que el arroyo Salsipuedes es un foco de infección latente, una amenaza constante para la salud pública de los ciudadanos de Poza Rica. Sin embargo, con impotencia, admiten carecer de las "facultades" para obligar a Pemex a limpiar su propio desastre.
Caminar por las orillas del Salsipuedes es adentrarse en una escena de devastación, el agua que fluye teñida de aceite, y un fuerte olor a combustible que no solo impregna el aire, sino que se adentra en las viviendas cercanas, asfixiando a quienes intentan llevar una vida normal en medio de este desastre. ¿Hasta cuándo permitirá Pemex que Poza Rica siga pagando el precio de su irresponsabilidad?
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