Noreste | Poza Rica, Ver. | 25 Jul 2025 - 09:01hrs
La corrupción, disfrazada de eficiencia, vuelve a rondar las estructuras administrativas de Petróleos Mexicanos. La reciente asignación directa del campo Coapechaca a la empresa Construct Proyectos Chame ha encendido las alarmas dentro y fuera de la paraestatal. La compañía, sin experiencia comprobada ni resultados que la respalden, fue seleccionada sin pasar por una licitación transparente, rompiendo con los principios que deberían regir una empresa del Estado.
Detrás de esta adjudicación se encuentra Marco Antonio Jiménez Atzin, quien actualmente ocupa de forma interina la Gerencia de Operación de Contratos y Asociaciones de Exploración y Extracción. Bajo su gestión, y con el respaldo de una red de colaboradores estratégicos, se tomó la decisión de entregar este campo a una empresa sin el perfil técnico necesario. El resultado ha sido contundente: la producción ha caído por debajo de los niveles que se registraban cuando el campo era operado por el activo Poza Rica.
Lo más preocupante no es únicamente la baja en la producción, sino el patrón de complicidades que parece repetirse. Personas sin el perfil adecuado, como contadores supervisando operaciones petroleras o abogados encabezando tareas financieras, han desplazado a técnicos e ingenieros con preparación específica. Es evidente que en la toma de decisiones no se prioriza la capacidad, sino la conveniencia.
La Coordinación de Enlace Técnico ha sido señalada como un foco de esta red de favoritismos. Nombres como Salvador “N” alias el “Maquillador”, Rodolfo “N” y Rufino “N” alias “El Lamebotas de él y sus queridas” —este último colocado como ayudante técnico por su cercanía con el gerente— ilustran una cadena de complicidad que deja de lado el mérito. A ellos se suma el abogado Paulo “N” alias el “Cordero fiel”, quien, sin formación financiera, avaló y calificó como idónea a la empresa beneficiada.
Este caso no puede pasar desapercibido ante el gobierno, ya que ha anunciado las nuevas licitaciones para campos clave como Cuervito, Agua Fría, Tamaulipas y Constituciones. La advertencia es clara: si los mismos perfiles continúan al frente de los procesos, es probable que se repita la historia. Adjudicándose los contratos a compañías sin experiencia a costa de llenarse lo bolsillos con carros del año, ranchos, ganado, con viajes a Europa, como lo vienen haciendo los mayores delincuentes de camisa blanca.
Pemex no puede permitirse seguir siendo rehén de intereses personales. Se requiere de una reestructuración interna, una auditoría transparente y una revisión profunda de los procesos de contratación. No basta con cambiar los discursos, si no se limpia el fondo de las estructuras operativas.
El futuro energético de México depende en gran medida de la gestión responsable y profesional de sus recursos. Y hoy, más que nunca, urge volver a poner a los perfiles capacitados al centro de la toma de decisiones.
La corrupción que se ha amañado Jiménez Atzin y su red de corrupción de Enlace Técnico encabezado por Mauro “N”, Rufino “N”, Salvador “N” y Rodolfo “N”, no solo daña las finanzas; sabotea el progreso, debilita la soberanía y traiciona a todo un país.