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El interior de Marte no es como los libros lo pintan, revelan científicos

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Con información de EFE | Londres. | 28 Ago 2025 - 13:28hrs

El interior de Marte no es como siempre lo han mostrado las ilustraciones de los libros de texto, con capas -corteza, manto y núcleo- lisas y estratificadas; sus entrañas son en realidad una amalgama irregular de rocas que dan testimonio de su violento origen.

Según un estudio realizado por un equipo internacional de científicos y liderado por el Imperial College de Londres, el manto de Marte contiene fragmentos antiguos de hasta 4 km de ancho que se remontan al momento de su violenta formación y que se han preservado como fósiles geológicos.

El hallazgo -publicado en la revista Science-, es parte de la misión InSight de la NASA que durante cuatro años recopiló datos científicos únicos sobre las capas interiores, el clima y la actividad sísmica marciana.




Impactos gigantescos
Marte y los otros planetas rocosos del Sistema Solar se formaron hace unos 4 mil 500 millones de años, cuando el polvo y las rocas que orbitaban el joven Sol se agruparon gradualmente bajo la influencia de la gravedad.

Cuando Marte tomó forma, fue golpeado por objetos gigantescos del tamaño de un planeta en una serie de colisiones casi cataclísmicas, parecidas a las que también formaron la Luna terrestre.

“Estos impactos colosales liberaron suficiente energía para derretir grandes partes del joven planeta en vastos océanos de magma”, explica Constantinos Charalambous, investigador del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica del Imperial College London y autor principal del estudio.

“A medida que esos océanos de magma se enfriaban y cristalizaban, dejaron atrás trozos de material de distinta composición, y creemos que son estos los que ahora estamos detectando en el interior profundo de Marte”, apunta.




Estos primeros impactos y sus consecuencias dispersaron y mezclaron fragmentos de la corteza y el manto tempranos del planeta, y a medida que Marte se enfriaba lentamente, estos trozos químicamente diversos quedaron atrapados en un manto que se agitaba lentamente.

En comparación con la Tierra, donde la tectónica de placas recicla continuamente la corteza y el manto, Marte se selló rápidamente bajo una corteza exterior que preservó el interior como una cápsula del tiempo geológica, según el estudio.

“La mayor parte de este caos probablemente se desarrolló en los primeros 100 millones de años de Marte. El hecho de que aún podamos detectar sus rastros después de 4.500 millones de años muestra cuán lentamente ha estado agitándose el interior de Marte desde entonces”, según Charalambous.

Datos de la misión InSight
La evidencia proviene de datos sísmicos registrados por la sonda InSight de la NASA, en particular, de ocho terremotos especialmente claros, dos de ellos desencadenados por dos impactos recientes de meteoritos que dejaron cráteres de 150 metros de ancho en la superficie de Marte.

Como InSight detecta ondas sísmicas que viajan a través del manto, los científicos pudieron ver que las ondas de mayor frecuencia tardaron más en llegar a sus sensores desde el sitio del impacto. Estos signos de interferencia, dicen, muestran que el interior es irregular en lugar de liso.

Los fragmentos detectados en el manto de Marte siguen un patrón llamativo, con unos pocos fragmentos grandes – de hasta 4 km de ancho – rodeados de muchos más pequeños.

“Lo que estamos viendo es una distribución ‘fractal’, que ocurre cuando la energía de una colisión cataclísmica supera la resistencia de un objeto. Se observa el mismo efecto cuando un vidrio cae sobre un suelo embaldosado que cuando un meteorito colisiona con un planeta: se rompe en unos pocos fragmentos grandes y un gran número de piezas más pequeñas. Es asombroso que aún podamos detectar esta distribución hoy”, puntualiza Tom Pike, coautor del estudio e investigador del Imperial College London.

Los autores creen que el hallazgo podría tener implicaciones para nuestra comprensión de cómo evolucionaron los otros planetas rocosos, como Venus y Mercurio, ya que este descubrimiento del interior marciano ofrece una rara visión de lo que podría estar oculto bajo la superficie de mundos estancados.