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ÁNGEL ÁLVARO PEÑA ALMA GRANDE |
15 Ago 2025
Mover de la pobreza extrema a la pobreza y luego disminuirla en una familia es todo un reto, pero también una gran satisfacción. El gobierno ha realizado logros en esta tarea que no puede negarse, se trata de una herencia que dejó el régimen neoliberal.
Durante más de 40 años los pobres se multiplicaron, al mismo tiempo que crecía exponencialmente la riqueza de un grupo reducido de mexicanos quienes, amparados en su complicidad con los funcionarios públicos abandonaban a los pobres para utilizar su dinero para engrandecer sus riquezas.
Aunque la oposición critique que no debe culparse a los gobiernos anteriores de nada, después de 7 años del gobierno de la Transformación, la pobreza no puede erradicarse de la noche a la mañana, sobre todo cuando fueron muchos años de explotación, con bajos salarios, sin derechos laborales, con jornadas exhaustivas, mientras los poderosos dejaban de pagar impuestos, gozaban de impunidad legal siempre, adquirían sindicatos, para engrosar sus billeteras.
La pobreza es un problema de todos, de aquellos que se cruzaron de brazos indiferentes ante tales injusticias, los que fueron cómplices silenciosos, a los que les faltó valor para denunciar, por lo que combatir la pobreza es tarea de todos.
La mandataria mexicana no debe estar sola en esta lucha, que si bien ha obtenido grandes avances todavía falta mucho por hacer.
Avanzar en el camino hacia la vida digna, es resultado de la lucha desde varias trincheras, frentes que nos incluyen a todos.
La Presidenta Claudia Sheinbaum hizo referencia a los datos presentados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía el 13 de agosto, que revelan una histórica reducción del porcentaje de personas que se encontraban en situación de pobreza al pasar de 43.9 por ciento en 2020 a 29.6 por ciento en 2024.
Por lo que subrayó que se trata de una hazaña de la 4T, movimiento que encabeza la Presidenta, resultados de diferentes medidas, como el aumento salarial impulsado desde el sexenio anterior, con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, el acceso a los derechos básicos y el impacto de los programas de Bienestar, que la oposición nunca apoyó y ahora critica porque considera que con eso perdieron la batalla electoral.
Si los que ahora están en la oposición hubieran pensado en los pobres por un momento, su derrota no hubiera sido tan aplastante, pero para ellos la pobreza era un fenómeno natural, así como las ganancias ilícitas de los empresarios.
No por ello dejan de criticar, a pesar de que el modelo adoptado, desde el sexenio pasado ha sido copiado por otros países con un problema de pobreza creciente, que arrojó el neoliberalismo.
La oposición no solo se queda sin consignas y banderas sino que está sola, cada día con menos apoyo popular que coloca a los tres partidos de derecha al borde de la pérdida del registro por falta de militancia y claridad en sus proyectos.
El humanismo mexicano arrojará más resultados en el futuro, porque todavía más del 30 por ciento de la población no cuenta con los ingresos suficientes para adquirir los bienes y servicios que requieren para satisfacer sus necesidades básicas.
Ahora la oposición cuestiona la honorabilidad del INEGI, organismo autónomo que informa con datos reales, comprobados por otros organismos dentro y fuera de nuestras fronteras, pero como debe culpar a alguien de sus derrotas en un panorama político donde prácticamente no existen.
Informa el INEGI, se estima que en 2024 la pobreza extrema fue de 5.3 por ciento, que equivale a 7 millones de personas, su nivel más bajo en los últimos años, y representa una reducción de 2.1 millones de personas en contraste con 2022.
Evitar la pobreza no disminuye la riqueza de los poderosos, pero la ambición sí. Crear pobreza debe ser un delito que se castigue penalmente.
Un aspecto de la economía que debe preocupar a todos los mexicanos es la caída del 5.8 por ciento del envío de remesas de Estados Unidos a México, la solidaridad de nuestros héroes anónimos en tierra extranjera tiene límites humanos y la política laboral en el vecino país está en decadencia.
En el primer cuatrimestre del año, los ingresos por remesas fueron de 19,015 millones de dólares, un retroceso del 2.5%.
Esta reducción se debe a la política equivocada de Trump, que improvisa medidas que luego se le revierten, con una menor participación laboral de migrantes mexicanos, con las políticas migratorias restrictivas, el fortalecimiento del peso, el impuesto del 1% sobre remesas, entre otras.
Esta reducción hasta el momento no afecta a la balanza de pagos, pero sí a miles de familias que reciben menos dinero desde la llegada del presidente del vecino país.
Dentro de estas medidas tiene como consecuencia la muerte del sector turístico en Estados Unidos, ya que se le ha atacado a turistas confundiéndolos con migrantes sin siquiera una disculpa por la actuación represiva del gobierno estadounidense.
Ante esta situación en México, el flujo de visitantes extranjeros ha crecido de manera rápida, ya que también capta a los turistas que viajarían a ese país, sumados a los que ven mayores atractivos en cada rincón del nuestro.
El primer semestre de 2025, México recibió 23.4 millones de turistas extranjeros, lo que representa un crecimiento del 7.3% respecto al mismo periodo de 2024, según informa la secretaria de Turismo, Josefina Rodríguez Zamora.
El flujo turístico se concentró principalmente en viajeros de Estados Unidos y Canadá, quienes mostraron incrementos significativos. De enero a junio, los turistas estadounidenses sumaron 7.3 millones, con un crecimiento del 2.4% en comparación con 2024, mientras que los visitantes canadienses alcanzaron 1.6 millones, con un aumento del 11.8%.
También en el turismo habrá que ser dignos anfitriones porque los visitantes son parte del pueblo, nada tienen que ver con su gobierno y en esa diferencia radica la hermandad.
PEGA Y CORRE.- Muy lamentable la declaración de Trump, al decir: “México hace lo que decimos”, lo que contestó la Presidenta: “En México manda el pueblo”… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
Esta es opinión personal del columnista