Isaac Carballo Paredes | Poza Rica, Ver. | 11 May 2025 - 13:55hrs
Maricel Torres Melo, representante del colectivo Familiares en Búsqueda María Herrera, subrayó que hasta el momento ha habido una lenta identificación de los fragmentos óseos encontrados desde el año 2017 en el predio conocido como La Gallera, ubicado en el municipio de Tihuatlán, Veracruz. A pesar del tiempo transcurrido y la magnitud del hallazgo, una mínima parte de estos restos han sido debidamente analizados y entregados a sus seres queridos, perpetuando la angustia de quienes buscan respuestas.
La Gallera, un sitio que se ha convertido en un símbolo de la crisis de desapariciones que azota al país, alberga miles de historias silenciadas y familias destrozadas por la ausencia. El descubrimiento de más de 40 mil restos humanos generó una esperanza agridulce entre los colectivos de búsqueda, quienes vislumbraron la posibilidad de encontrar a sus seres queridos. Sin embargo, la burocracia y la falta de recursos suficientes han obstaculizado significativamente el proceso de identificación, manteniendo a miles de familias en una dolorosa espera.
Los integrantes del colectivo subrayaron la urgencia de que las autoridades competentes agilicen los trabajos periciales y destinen los recursos necesarios para llevar a cabo las pruebas genéticas y antropológicas forenses que permitan dar nombre a cada uno de los fragmentos óseos, ya que la identificación de estas víctimas no solo representa un acto de justicia para ellas, sino que también brinda un alivio crucial a sus familias, quienes tienen el derecho fundamental de cerrar ciclos y honrar la memoria de sus ausentes.
El colectivo Familiares en Búsqueda María Herrera, al igual que otros grupos de búsqueda a lo largo del territorio nacional, continúa su lucha incansable por visibilizar la problemática de las desapariciones y exigir acciones concretas por parte de las autoridades. Destacaron que la identificación de los restos encontrados en La Gallera se erige como una prueba crucial de la voluntad del Estado para abordar esta crisis humanitaria y garantizar los derechos de las víctimas y sus familias.
La esperanza de las familias radica en que cada fragmento encontrado pueda contar una historia y devolver un poco de paz a quienes viven con la incertidumbre de la ausencia. Para el colectivo, la lucha continúa, impulsada por la necesidad de respuestas y el anhelo de justicia para todas las víctimas de la desaparición en México.