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Con información de Milenio | Ciudad de México. | 03 Jul 2025 - 10:25hrs
La pareja había recibido acompañamiento para tener a su primer hijo. Ahora, a seis años de su nacimiento, volvían al consultorio de la misma ginecóloga para que les ayudara a lograr su segundo embarazo. Cuando la doctora comenzó con los estudios, notó que algo había cambiado.
“Nos dimos cuenta que en estos 6 años, el problema que empeoró o el problema que se evidenció fue un factor masculino”, cuenta la experta en reproducción Lourdes Flores.
Los resultados parecían no tener sentido: era un hombre sano, se encontraba en su peso y realizaba actividad física. No había causa obvia que revelara problemas de fertilidad por lo que la doctora ahondó en la historia clínica fue así como descubrió que el problema era el trabajo de su paciente.
“Estaba trabajando como técnico radiólogo. Ayudaba a las pacientes a las tomografías, resonancias. De manera indirecta estaba expuesto a la radiación”, comparte la especialista.
La infertilidad relacionada con el trabajo
Al menos una de cada seis personas en el mundo padece infertilidad, una enfermedad del aparato reproductor masculino o femenino que imposibilita un embarazo después de 12 meses o más de relaciones sexuales regulares sin protección. Algunos estudios sugieren un aumento de este problema en todo el mundo.
“El 50% [de la infertilidad] es por causa femenina. Aunque la situación masculina parece estar incrementando y puede llegar a contemplarse en un 30 o 40% más o menos, el resto son causas combinadas”, dice la especialista.
La infertilidad en hombres tiene diferentes causas. La más frecuente, según la ginecóloga, es la baja movilidad de los espermatozoides debido a infecciones.
“Lo más frecuente serían infecciones o alguna otra situación endocrina o metabólica que podría causar una alteración en el líquido seminal. También puede ser por alteraciones en el colesterol, alteraciones en el azúcar, alteraciones en los triglicéridos. Todas estas cuestiones metabólicas también pueden influenciar directamente la calidad de la muestra de semen”, explican los especialistas.
Algunos casos también pueden estar directamente relacionados con la genética, el sobrepeso, la obesidad o bien con factores ambientales. “Muchas veces, el trabajo al que se dedican los hombres también interfiere”, añade.
A lo largo de su carrera, la doctora ha atendido casos asociados, por ejemplo, el de agricultores que después de trabajar por años con pesticidas, herbicidas e insecticidas encuentran dificultades para tener hijos.
No son los únicos: diferentes investigaciones han comprobado que existen condiciones de trabajo que aumentan el riesgo de infertilidad como por ejemplo, la exposición a sustancias químicas (en el caso de los pintores y trabajadores de construcción) o las altas temperaturas a las que quedan expuestos los panaderos, chefs y soldadores.
Esto se debe principalmente a que el calor afecta la temperatura escrotal, lo que a su vez impacta en la producción óptima de esperma. También se ha concluido que permanecer mucho tiempo sentado puede tener un efecto parecido.
Por otro lado, un estudio liderado por la Universidad de Harvard y publicado en la revista Human Reproduction en 2023, reveló que los hombres que el esfuerzo físico podría estar directamente relacionado con la salud reproductiva: los autores notaron que aquellos encuestados que informaron levantar o mover objetos pesados con frecuencia tenían una concentración de espermatozoides un 46% más alta en comparación con aquellos que realizaban menos esfuerzo físico.
Asimismo, los especialistas han encontrado que el estrés es clave a la hora de contemplar la planeación familiar: los estudios demuestran que los hombres que experimentan altos niveles de estrés pueden presentar una menor concentración y movilidad de espermatozoides, así como una mayor probabilidad de presentar una morfología espermática anormal.
Para reducir los riesgos en el trabajo, la doctora Lourdes recomienda, en primera instancia, tener las protecciones adecuadas que les permitan reducir al máximo su exposición a factores de riesgo.
“Quienes trabajan en el área de químicos o con pesticidas deben llevar su equipo de protección personal”, comenta la doctora.
La ginecóloga destaca la necesidad de tener periodos de descanso para reducir el tiempo de exposición y realizar chequeos rutinarios.
“Es importante que todos estén informados: que se les brinde el conocimiento para que sean conscientes de que pueden tener este tipo de problema a la larga, especialmente a los jóvenes. Y en caso de que no puedan dejar el trabajo, también está la opción de guardar muestras de semen”, comenta.
Además, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca la necesidad de seguir una dieta saludable y reducir otros factores de riesgo como el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol.