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Con información de EFE | España. | 17 Jun 2025 - 12:30hrs
Una investigación de la Universidad de Barcelona (UB) ha dado un paso significativo en la comprensión y el potencial tratamiento de la obesidad y las enfermedades cardiovasculares al identificar una proteína crucial, la ACBP. Este hallazgo, publicado en la revista Molecular Metabolism, abre nuevas vías para mejorar el control de estas patologías cada vez más presentes en la población.
El equipo de investigación, dirigido por el catedrático Francesc Villarroya de la Facultad de Biología y del Instituto de Biomedicina de la UB, junto con el Instituto de Investigación Sant Joan de Déu (IRSJD) y el CIBEROBN, se centró en el tejido adiposo marrón (grasa parda). Este tejido es conocido por su función protectora, ya que quema calorías y produce calor corporal a partir de las grasas. Sin embargo, su actividad disminuye con la edad y es típicamente baja en personas obesas, un fenómeno poco explorado hasta ahora.
La UB descubrió por primera vez una molécula represora de la actividad de este tejido vital: la proteína ACBP. Este hallazgo es fundamental para entender por qué la grasa parda se inactiva, lo que podría conducir al diseño de estrategias para revertir este proceso y tratar la obesidad y las enfermedades cardiometabólicas. Villarroya explicó que, si bien se asumía que la baja actividad de la grasa parda se debía a que sus activadores no funcionaban correctamente, ahora se ha identificado un factor que la bloquea. En condiciones normales, la ACBP actuaría cuando la actividad de la grasa parda no es necesaria, por ejemplo, en ambientes cálidos. No obstante, la investigación sugiere que esta proteína también está implicada en el envejecimiento y en el bloqueo patológico del tejido adiposo marrón que contribuye a la obesidad.
Las implicaciones de la proteína ACBP van más allá de la obesidad. Su función de control podría ser relevante en la lucha contra ciertos tipos de cáncer, donde la sobreactivación patológica de la grasa parda causa un gasto energético descontrolado y desnutrición extrema (caquexia). En estos casos, la ACBP, como factor represor, podría convertirse en una herramienta terapéutica valiosa.
Además, Villarroya conecta este descubrimiento con el cambio climático, señalando que un ambiente cada vez más cálido favorece la obesidad al inactivar el tejido adiposo marrón. "Un exceso de acción de la proteína ACBP que bloquea la actividad de la grasa marrón sería la base molecular de este fenómeno", precisó. Con la identificación de este factor, los científicos esperan poder "diseñar herramientas de intervención para potenciar un estilo de vida más saludable", concluyó el investigador, abriendo un prometedor camino para futuras estrategias de salud.