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A 10 años del hallazgo del Huei Tzompantli: Nuevos estudios genéticos y de movilidad revelan secretos de los cráneos de Tenochtitlán
El hallazgo, realizado en el subsuelo de la calle Guatemala No. 24, ha permitido a los investigadores examinar una muestra de 214 cráneos humanos.

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Noreste | Ciudad de México. | 12 Ago 2025 - 10:15hrs

A una década del impactante descubrimiento del Huei Tzompantli de Tenochtitlán en el corazón de la Ciudad de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha revelado avances significativos en el estudio de esta monumental estructura. Un equipo de expertos del Programa de Arqueología Urbana (PAU) se encuentra en una fase crucial de análisis, utilizando tecnologías de punta para desentrañar los orígenes y la historia de los individuos cuyos cráneos conformaban este edificio.

El hallazgo, realizado en el subsuelo de la calle Guatemala No. 24, ha permitido a los investigadores examinar una muestra de 214 cráneos humanos. Estos han sido cuidadosamente restaurados y se encuentran en la ceramoteca del Museo del Templo Mayor (MTM), donde están siendo sometidos a estudios sin precedentes con el objetivo de conocer más a fondo a las personas que formaron parte de esta ofrenda.

Los especialistas están llevando a cabo dos proyectos principales en colaboración con laboratorios de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y prestigiosas instituciones internacionales:

Análisis de isótopos estables: Este estudio busca determinar la movilidad y la cronología de los individuos. Muestras de carbono (C), oxígeno (O) y estroncio (Sr), extraídas de los primeros molares de 83 cráneos, han sido enviadas a la Universidad de Georgia, en Estados Unidos. El antropólogo Jorge Gómez-Valdés explica que, dado que el primer molar se forma en los primeros seis años de vida, los isótopos contenidos en él pueden revelar dónde nacieron estas personas.

Análisis de ADN antiguo: Con el apoyo del Instituto Max Planck (IMP) de Alemania, conocido por su especialización en paleoegenómica, se están preparando muestras para un estudio genético. La participación del bioquímico mexicano Rodrigo Barquera, quien trabaja en el IMP, garantiza que el proyecto contará con una valiosa colaboración entre instituciones. Los resultados de este análisis podrían proporcionar información detallada sobre la genética de los individuos.

Desde el principio, la conservación y el estudio del Huei Tzompantli han sido una tarea titánica. A diferencia de otras estructuras con cráneos adosados, como las capillas de huesos europeas, este edificio prehispánico utilizó los cráneos como parte fundamental de su sistema constructivo. El equipo de arqueólogos, liderado por Raúl Barrera Rodríguez y Lorena Vázquez Vallín, tuvo que registrar y retirar miles de fragmentos de cráneos rotos o desprendidos, una labor que requirió la colaboración de diversas disciplinas.

Hasta ahora, los estudios han revelado datos fascinantes:

Se ha logrado determinar el sexo en la mayoría de los cráneos, con un 46.3% identificados como masculinos y un 37.4% como femeninos.

En el resto de los casos, la identificación no fue posible debido a que estaban incompletos o pertenecían a infantes. Se espera que los análisis de ADN puedan completar esta información.

La investigación también ha confirmado que los cráneos se encuentran en un estado de excelente preservación. Además, los expertos han descubierto que la mayoría de los cráneos infantiles no tienen la perforación en los parietales que sí se observa en los de los adultos, lo que sugiere un tratamiento diferenciado.

El Huei Tzompantli continúa siendo una fuente inagotable de conocimiento sobre las prácticas rituales y la vida en el México prehispánico. Los hallazgos de estos estudios prometen arrojar luz sobre las identidades y los orígenes de las personas que, hace siglos, formaron parte de esta imponente estructura sagrada.