07 Oct 2024
Su marcapaso circadiano estaba especializado en timing político
Uno de los grandes dilemas del ser humano, en especial del zoon politikon, es saber tomar decisiones en el momento justo, dijera Perogrullo: no antes, no después.
Cuando concluyó sus estudios de Economía en la UNAM, a la sazón era compañera de Alfredo Navarrete Romero, quien junto con otros estudiantes había sido elegido, para estudiar en los Estado Unidos. Ifigenia fue invitada por Alfredo y optó por acompañarlo, eso la convirtió en la primera mujer mexicana en obtener una maestría en Harvard.
En adelante, todo fue éxito, trabajó con Jaime Torres Bodet y Antonio Ortiz Mena, fue cofundadora de la CEPAL, embajadora ante la Naciones Unidas, diputad federal, senadora (la primera por el DF), catedrática y la primera directora de la Facultad de Economía de la UNAM, en el 68, fue una activa defensora de la autonomía universitaria. Escribió libros de su especialidad y recibió varios galardones, entre ellos, la medalla Belisario Domínguez.
Su vinculación a la CEPAL, la alejó de los enfoques neoliberales. En 1987, junto con Porfirio Muñoz Ledo y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, crearon la Corriente Democrática del PRI y, en 1989, fundaron el PRD. Al final de su trayectoria, se afilió al MORENA, lo que le permitió, en 2024, entregar la banda presidencial a Claudia Sheinbaum.
Ifigenia, como dijera Leduc, tuvo la sabia virtud de conocer el tiempo, a tiempo militar y renunciar a tiempo. Parece anecdótico, pero no, eso la convirtió en pionera por definición, abrió brecha por y para las mujeres. Descanse en paz.
Esta es opinión personal del columnista