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Fernando Padilla Farfán FERNANDO PADILLA FARFÁN |
01 Abr 2025
En un mundo donde cada síntoma parece tener una pastilla asignada, es fácil olvidar que algunos de los tratamientos más poderosos no vienen en una caja de cartón ni tienen un nombre impronunciable.
Uno de ellos está al alcance de casi todos: mover el cuerpo.
La ciencia lo dice con claridad: Caminar, bailar, correr, nadar, levantar pesas, andar en bicicleta…
El ejercicio regular puede prevenir y tratar más de 30 enfermedades. Desde la hipertensión hasta la depresión. Desde la diabetes tipo 2 hasta el insomnio. Incluso mejora la memoria, fortalece el sistema inmunológico y alarga la vida.
Estudios publicados en revistas como The Lancet, JAMA y Annals of Internal Medicine han demostrado que hacer al menos 150 minutos de actividad física moderada por semana reduce el riesgo de muerte prematura en un 30%. Y no solo eso: mejora la calidad de vida, el estado de ánimo y la energía diaria.
¿Y sabes qué es lo mejor? que no necesitas convertirte en atleta ni gastar en membresías caras. Basta con encontrar una actividad que disfrutes y practicarla con constancia. Caminar 30 minutos al día. Subir escaleras. Jugar con tus hijos. Cualquier movimiento cuenta.
El cuerpo humano está diseñado para moverse. Cuando lo haces, el cerebro libera endorfinas, dopamina y serotonina: sustancias naturales que alivian el dolor, mejoran el humor y reducen la ansiedad. Por eso, muchas veces el ejercicio funciona mejor que los antidepresivos en casos leves o moderados de tristeza o apatía.
Claro que hay personas con limitaciones físicas o condiciones que requieren cuidado. Pero incluso en esos casos, siempre hay alguna forma de mantenerse activo, con el acompañamiento adecuado.
En una sociedad que busca soluciones rápidas, es importante recordar que la constancia es más poderosa que la inmediatez. Que el verdadero bienestar se construye en los hábitos, en lo que haces cada día, no solo en lo que tomas cuando algo duele.
Y sí, hay tratamientos que salvan vidas. Medicamentos que han cambiado la historia de la medicina. Pero nunca debemos subestimar el valor de lo más básico: darle al cuerpo lo que necesita para funcionar como fue diseñado.
Porque tal vez no hay fórmula más sencilla —ni más sabia— que esa:
muévete para sentirte vivo.
#fernandopadillafarfan
Esta es opinión personal del columnista