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Noreste | Ciudad de México. | 17 Oct 2025 - 11:06hrs
La obra «Pequeña novela del reino de Jerusalén» (2024), escrita por el historiador del arte, guionista y locutor Daniel Escoto, ha sido galardonada con el prestigioso Premio Antonio García Cubas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en la categoría de novela histórica.
El jurado reconoció el libro por ser «un ejercicio de imaginación contado al detalle» sobre la instauración, en el siglo XII, de un Estado cristiano en la ciudad histórica de Jerusalén y el fascinante crisol cultural que se generó en sus primeros años.
La novela, editada por Odradek, fue presentada por el autor y su ilustrador, Itamar Martínez Palma, en la reciente 36.ª Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH). Durante el evento, ambos compartieron con el público el proceso creativo que les permitió plasmar «en ideas, caligrafía e imágenes» el complejo mosaico de Jerusalén, cuatro décadas después de la Primera Cruzada.
El contexto histórico de la obra se sitúa tras la toma de la ciudad en 1099, luego de que Godofredo de Bouillón asaltara la fortaleza, estableciendo el Reino de Jerusalén, gobernado más tarde por su hermano, Balduino I. A raíz del despoblamiento inicial, la urbe se convirtió en un imán para una migración masiva de europeos (franceses, escoceses, mercaderes genoveses) y de población cristiana local (sirios, armenios, coptos), generando una cultura rica e híbrida.
Daniel Escoto explicó que la novela convierte a Jerusalén en un epicentro de comercio y peregrinaciones, pero con una mirada enfocada en el detalle de la vida diaria:
«A la vuelta de cada página, el lector, guiado por Foulques —un personaje inventado a partir de uno histórico—, explora la ciudad en 360° recorriendo banquetes, mercados, cocinas, leprosarios y conventos… convirtiéndose en un espía, en alguien que toma la identidad variopinta de sus habitantes: barbero, cocinero, lacayo, mozo de caballeriza…», detalló el autor.
El libro se estructura como una especie de calendario, donde cada episodio remite a un mes y las historias transcurren de manera simultánea, permitiendo al lector «vivir la urbe durante un año, viéndola vestirse de fiesta y primavera, transformar sus colores y sus rituales».
Escoto concluyó su participación con una reflexión sobre los límites de la historia y la ficción: «¿Qué tal si alternamos los términos e imaginamos desde la ficción histórica, las posibilidades de aquello que fue que pudo haber sido?», proponiendo así un nuevo enfoque para la narrativa histórica.