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MIGUEL ÁNGEL CRISTIANI BITÁCORA POLÍTICA |
22 Abr 2025
Por más de dos siglos, la justicia en México ha sido un asunto serio, solemne… y distante. El ciudadano común no se acerca a los juzgados, los rodea. Les teme. No porque haya cometido un crimen, sino porque los percibe como templos inaccesibles. Llenos de tecnicismos. Llenos de gente que parece hablar otro idioma. Esos días, si Benito José Vergara Moreno tiene algo que decir al respecto, podrían estar contados.
El actual secretario de tribunal y aspirante a juez de Distrito en materia mixta por el Distrito Judicial 2 en Veracruz, no se anda con rodeos: “No más juzgados aislados. No más justicia alejada del pueblo.” Y lo dice con la certeza de quien no sólo conoce el sistema judicial desde adentro, sino que lo ha recorrido desde el escalón más bajo. Oficial administrativo, secretario de juzgado, docente judicial. No lo vio en un manual, lo vivió.
Y eso se nota. En su discurso no hay pirotecnia. Hay precisión.
De sentencias imposibles y promesas descabelladas
Desde el inicio de su campaña, Vergara Moreno lanzó un dardo directo a las propuestas populistas de algunos competidores: “¿Mil 300 sentencias al mes? Eso es una fantasía. ¿Ocho proyectos por semana? ¿A qué hora descansa el personal?” Y tiene razón. En un país donde los trabajadores judiciales hacen malabares con pilas de expedientes y escasez de recursos, ofrecer soluciones mágicas es, cuando menos, irresponsable.
Él, en cambio, habla de lo posible. De lo necesario.
Porque lo que propone no es otra reforma estructural sin alma. Es algo más simple. Más humano: dignificar al personal judicial. Darles condiciones justas. Cargas de trabajo equitativas. Formatos que sirvan, no que estorben. Sentencias claras, no enredadas. Porque, como bien dijo: “No se puede exigir eficiencia si no garantizamos bienestar.”
Esa frase, corta y contundente, contiene toda una filosofía judicial.
Justicia ciudadana, no burocrática
Vergara Moreno se pronuncia por una justicia “ciudadana”. No como eslogan, sino como principio operativo. ¿Qué significa eso? Que los tribunales, aun cuando no puedan resolver un caso por no ser de su competencia, sí deben orientar a la gente. No pueden mandarla a “ver a otro lado”. Deben decirle a qué puerta tocar.
Suena lógico. Suena justo. Pero no se hace.
Esa es una de las principales fallas de nuestro sistema: la deshumanización del procedimiento. Como si el expediente fuera más importante que la persona. Como si la justicia no debiera, ante todo, tener rostro.
Preparación, no improvisación
El perfil de Vergara Moreno es sólido. Licenciado en Derecho por la Universidad Cristóbal Colón. Maestro en Administración Pública por el Tec de Monterrey. Doctor en Derecho por la UNAM, con mención honorífica. Formación en Harvard. Experiencia en el Ejecutivo y en el Judicial. Campeón de oratoria. Escritor. Docente.
Pero más allá del currículum, hay algo que le da ventaja: conoce Veracruz. Creció aquí. Estudió aquí. Vive aquí. No es un visitante, es vecino. Y eso, en una elección que pretende acercar la justicia a la ciudadanía, hace toda la diferencia.
¿Qué significa votar por un juez?
El próximo 1 de junio, los veracruzanos tendrán la oportunidad inédita de elegir a sus jueces y magistrados. Algo que en otros tiempos sonaría impensable. La toga, por fin, se abre a la democracia. Y eso exige una ciudadanía informada.
En esa boleta amarilla, está el número 32. Y junto a él, la propuesta de alguien que no ofrece milagros, sino trabajo. Que no promete espectáculo, sino resultados. Que no busca lucirse, sino servir.
Porque si algo deja claro Benito José Vergara es que la justicia no debe ser ni rápida ni lenta: debe ser justa. Y para serlo, tiene que estar al alcance de todos. No sólo del que puede pagar un buen abogado. No sólo del que sabe leer un expediente. También del que busca ayuda y no sabe a dónde ir.
“Simplificar más para sacar más”
Ese es su lema. Eficiencia sin sacrificio. Justicia sin arrogancia. Sentencias sin jerga incomprensible. Humanidad sin renunciar a la técnica. En pocas palabras: una justicia útil.
Y es ahí donde su propuesta cobra valor. Porque no hay mayor reforma que cambiar el trato. No hay transformación más profunda que escuchar y orientar.
En un país donde muchas veces se busca “cumplir metas” sin pensar en las personas, Vergara Moreno recuerda lo esencial: el motor de los juzgados son quienes trabajan en ellos. Si ellos están bien, la justicia camina. Si ellos colapsan, todo se cae.
El juez como servidor, no como figura decorativa
Benito José Vergara no busca ser un juez de escritorio. Lo ha dicho: quiere un Poder Judicial de puertas abiertas. Que atienda. Que explique. Que sirva. Que esté presente, no escondido.
Quiere, en resumen, que el ciudadano deje de temerle a la justicia. Que la vea como aliada. Como guía. Como opción real.
Y eso solo se logra con gente preparada, sí. Pero también empática. Con experiencia, sí. Pero también con compromiso.
La boleta ya no es invisible
El 1 de junio no sólo se elegirá a diputados, alcaldes o presidentes. También se podrá votar por jueces. Por personas que tendrán en sus manos la posibilidad de cambiar cómo se imparte justicia en el país.
Es momento de tomar ese voto en serio.
Y en esa boleta, entre nombres y números, habrá una opción que apuesta por la cercanía, la dignidad laboral y la justicia clara. Esa opción es Benito José Vergara Moreno. La boleta es amarilla. El número es 32. La propuesta, humana. La decisión, tuya.
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Esta es opinión personal del columnista