Ciudad de México.- Tras el asesinato de la cantante Yrma Lydya Gamboa Jiménez, ocurrido el pasado 23 de junio en la Ciudad de México, los enigmas en torno a su vida pública continúan. Hay vacíos y misterios en la carrera de la mujer que dedicó parte de su vida en volverse famosa, pero que cumplió su objetivo, después de su muerte.

La joven actriz y cantante de música tradicional mexicana, quería que todos hablaran de ella, pero tristemente ese propósito se cumplió después de su asesinato, cuando todos los noticieros y programas de espectáculos le dedicaron espacios y hasta programas especiales para hablar de su efímera fama y su trágica muerte a sus presuntos 22 años.

Hoy trascienden muchos enigmas de su personalidad, todo es cuestionable en su vida: su edad, sus contratos, su posición de que si realmente quería ser artista. Según declaraciones de su representante artístico Emilio Morales, a ella le planeaban 20 entrevistas y al final hacía cinco. Por ello, no se sabe si sólo quería vivir con millonarios o si realmente ocupaba la parte artística como anzuelo para cazar hombres de la tercera edad o si sus padres la entregaron en un concubinato.

Galia Tonella, periodista, filósofa, feminista y amiga personal de Yrma Lydya, pone al descubierto claroscuros en la vida de la joven asesinada, al revelar un contrato de concubinato que la hoy occisa tuvo con el empresario radiofónico Carlos Jesús Quiñones Armendáriz, su anterior pareja.

Con base en dicho documento firmado ante notario público, Yrma Lydia recibía 40 mil pesos mensuales en una tarjeta de débito a cambio de su «respeto, cariño, fidelidad y por privilegiar la relación de pareja»; esta unión «comercial» fue por bienes separados.

A diferencia de ese contrato, el abogado Jesús Hernández Alcocer, su última pareja y presunto victimario, sí se casó con ella y hasta en dos ocasiones, por bienes mancomunados y procuró de diversas maneras cumplir su sueño y hacerla famosa.

Dice Galia Tonella: «él estaba comprometido, cumpliéndole, muy atento y cariñoso, a veces el cariño también se muestra con la cartera. Perdón que lo diga, pero sí, él le estuvo pagando todo, porque él pagó a Grandiosas, pagó a representantes, pagó a personas para que le hicieran un nuevo LP diseñado para ella, para que cantara nuevos éxitos».

Es importante destacar que también se ha hecho pública una denuncia de su ex pareja Jesús Quiñones, quien acusó a la cantante del robo de relojes, joyas, trajes, chamarras, pañuelos y hasta calcetines de prestigiosas marcas, valuados en varios miles de dólares; así mismo, quedó asentado que presuntamente Yrma Lydya amenazó de muerte y de secuestro al hombre de la tercera edad con el que vivió, pues presuntamente ella se jactó de tener un amasiato con un mafioso de nombre Luis Enrique Fernando Molina Galeana, quien resultó ser un cirujano plástico.

Al revisar los antecedentes del sujeto en la Fiscalía de la Ciudad de México, se encuentran antecedentes por diversos delitos y una denuncia como presunto miembro de una red de trata de blancas, a la cual pudo pertenecer la ex cantante; un tema que las autoridades ministeriales investigan.

Otro aspecto desfavorable a la reputación de Yrma Lydya, es que al parecer, antes de morir habría contratado un millonario seguro de vida y sus padres los únicos beneficiarios. Casualmente, sus padres firmaron el contrato de concubinato con Jesús Quiñones Armendáriz, pero curiosamente sus nombres no aparecen en el acta de defunción, ni tampoco han aparecido ante los medios para exigir justicia por el asesinato de su hija, lo cual resulta sumamente extraño.

Así, mientras su esposo y presunto homicida, Jesús Hernández Alcocer fue vinculado a proceso y permanece en el Reclusorio Varonil Norte de la Ciudad de México surgen cada vez más incógnitas sobre la verdadera identidad de Yrma Lydya, sus presuntos vínculos con una organización delictiva, su edad real y hasta su origen, pues se sospecha que sus presuntos padres, no lo sean en realidad.

Sobre la presunta culpabilidad de Jesús Hernández Alcocer con respecto a su muerte, la Fiscalía capitalina analiza los videos del restaurante y otras evidencias, a partir de las cuales determinará la situación jurídica del abogado de 79 años que asegura desconocer con quién estuvo casado y cuál el propósito que perseguía.

Por Severo Mirón