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Gilberto Haaz Diez – 11-S años después

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A las 9:30 de la mañana, el dueto Simón y Garfunkel), interpreta la mítica canción ‘Los sonidos del silencio’. Estoy pegado a la tele en Foro TV de Televisa. León Krause está en vivo. Se entrevistan entre ellos. Entre comunicadores. Leo Zuckerman a Loret de Mola. Carlos Loret de Mola ahora habla de Afganistán y de aquellos funestos días en que Yorchito Bush, todo enojao, les tiraba bombas como racimos de coyoles. Todos recordamos aquella mañana del 11 de septiembre. Yo aún dormía. Mi esposa me llamó desde España, donde era de tarde y me despertó con ese despertar que despertó al mundo todo asombrado. Jorge Berry estaba al aire en Televisa. Da la nota 18 minutos después del primer ataque, la repiten.

CNN cubre en vivo toda la ceremonia en Nueva York. Al pie donde ahora, años después, plantan el Memorial y fijan los miles de nombres de todos los caídos, lo mismo en las Torres del WTC que en El Pentágono y aquel avión misterioso que se estrelló entre peleas de americanos y terroristas. Como aquel día en que balearon al presidente Kennedy, todos recordamos esa mañana septembrina de 2001. He estado unas cuantas veces en esa llamada Zona Cero, cuyo nombre obedece a que la utilizó el diario The New York Times por primera vez, cuando la zona dañada de Japón, Hiroshima y Nagasaki, recibieron las bombas que tiró Harry Truman. Dizque para detener la guerra. Zona Cero se le llamó. La revivieron en el WTC. Barack Obama llega a esa ceremonia con un entorchado. Como los indios Sioux en tiempo de guerra, lleva en una mano la cabeza de Osama Bin Laden, a quien los marines atraparon, liquidaron, asesinaron y tiraron sus desechos al mar, para que jamás hubiera un lugar fijo donde le adoraran. Al Jazira lloraba. La cadena televisiva se ponía de luto. El tipo más odiado y más buscado por los marines, era ejecutado. El nombre de Al Qaeda se conocía.

ESAS HISTORIAS

Desde aquel 11-S, ha corrido muchísima sangre en el mundo. Han escrito libros y libros y han salido hipótesis de conjuras y de culpas a Bush, de que sabía lo que iba a ocurrir. Entra al aire Jorge Castañeda, en saco, sin corbata. Era el secretario de Relaciones Exteriores de Vicente Fox, quien llegara tardísimo a visitarles, cuando ya lo habían hecho dignatarios de Europa, casi todos. Cuando llegó el vaquero con botas mexicano a ver al vaquero con botas texano a Nueva York, Bush le dijo: «Vaya, te tardaste, pensé que no venías». Martita lloraba. Bush había estado hacia poco en el rancho de Fox. Esa afrenta no se la perdonó. Lo tildó de gente no seria y no aliada. Repiten aquella escena cuando un agente del Servicio Secreto llega ante el presidente en una escuela, y al oído le dice que un avión se estrella en una Torre. Bush pone cara de pasmado. Luego huirá como conejo espantado arriba del Air Force One, porque nadie sabía el tamaño del golpe del terrorismo. Hablan los familiares de los muertos. Las televisoras en vivo comentan sucesos.

EN LA ZONA CERO

En el espejo de agua del nuevo Memorial. Se ve a Bill Clinton. Unidos. Obama va a Pennsylvania, donde cayó el otro avión. Visita El Pentágono, los tres sitios de la muerte. Un día antes al Cementerio de Arlington, a rendir homenaje a los soldados caídos en Afganistán e Irak. Al paso, espía la tumba de los Kennedy. Sale a cuadro un bombero. Los grandes héroes de aquel día. Los grandes admirados. Cuando visité Nueva York, meses después, encontré en sus cuarteles de bomberos fotografías de compañeros que murieron. Un altar como los que los mexicanos ponemos, con velas y fotografías de rostros. Un ritual de reconocimiento. Ondean las banderas a media asta. Me paso a CNN.

La palabra Solidaridad es la que más se escucha en este día.

Escribo estas líneas un septembrino día del 11.

Aquello fue una tormenta de desolación y muerte. Oigo a Etta James con ‘Tiempo Tormentoso’ (Stormy Weather), otra tormenta, la que señala: «Y quiero que esas estrellas allá arriban brillen esta noche».

La neoyorkina cosmopolita, donde se pueden oír ciento y pico de lenguas extranjeras en cada calle. La impactada con aquella escena cuando los neoyorkinos, aterrados, cruzaban el Puente de Brooklyn en carrera para evitar la muerte. Ese puente que se construyó en 13 años. La del Empire State y sus teatros de Broadway. La que rivaliza con París en hermosura y cosmopolita. Esa ciudad que ese día de hace años, mordió el polvo de un ataque traidor y terrorista. La que se pensaba que jamás se levantaría de sus escombros y hoy allí están, homenajeando a los caídos. Cantando canciones. Rezando en sus templos.

Aquello les lastimó duramente. Muchos de ellos perdieron sus trabajos. Quedaban sin empleos. Empresas desaparecieron junto a los miles de toneladas de acero que caían en el bajo Manhattan. Algún día habrían de pagar esa afrenta.

No fueron mucho por la respuesta, Bush les atacó sin piedad, y Obama les trajo la cabeza del terrorista Osama Bin Laden, un tipo malo.

Oh, qué ingrato recuerdo de ese septiembre negro.

Esta es opinión personal del columnista

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Miguel Ángel Cristiani – El gran Fito

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·       Un gran amigo y estimado por todos los restauranteros

·       Lo conocí en la Facultad de Periodismo en el año 1971

·       Cronista de Cultura y Sociales en medios de comunicación

Por Miguel Ángel Cristiani G.

Recuerdo que conocí a Fito Soler (Eugenio Rodolfo Soler Valencia) en el año de 1971, cuando entregamos a estudiar en la gloriosa Facultad de Periodismo de la Universidad Veracruzana -la de Arista y Canal- en donde coincidimos durante cuatro años.

Pasaron muchos años y Fito Soler nunca cambió su alegría por vivir.

Procedente de su natal San Andrés Tuxtla, siempre se notaba su presencia, por su alegría escandalosa y buen humor.

Aunque también sabia ser crítico y sarcástico, cuando lo quería ser.

En realidad, creo que siempre supo ser feliz, a pesar de todos los pesares.

Por eso era frecuente, que en lugar de ir a estar encerrado en el salón de clases, con los intensos calores del puerto de Veracruz, prefiriera ir con sus amigos y amigas, que eran muchos, a disfrutar de las playas.

En alguna ocasión, ya estando en Xalapa, me comentó que todavía tenía algunos negativos y fotos de las sesiones que hacían en la Playa Norte, que en ese tiempo todavía no estaba cerrada al público.

Ya como egresado de la Facultad de Periodismo, Fito Soler se vino a radicar a Xalapa, en donde colaboró con varios medios de comunicación, entre ellos el periódico El Dictamen y Gráfico de Xalapa, en donde escribía una página completa con las reseñas de la vida social y cultural de la Atenas Veracruzana.

Pero creo que lo que más le apasionaba era la gastronomía, de la que se volvió un experto culinario, ya no recuerdo si llegó a escribir un libro de recetas veracruzanas.

Fue jurado en varios concursos de platillos veracruzanos.

En Xalapa se relacionó con restauranteros y chef con los que compartió experiencias.

Siempre lo habremos de recordar alegre y dicharachero, desde nuestros años de estudiantes en la facultad de Periodismo, hasta más reciente en las reuniones del Grupo de Periodistas de los 10, del cual formaba parte también.

Amiguero y generoso, durante muchos años, organizó lo que se llamaba la Fiesta de Los Fitos, porque con el pretexto de entregar reconocimientos a sus amigos y compañeros, entregaba unas estatuillas como las de las de los Oscar´s de Hollywood.

Sarcástico y divertido como era, Fito entregaba algunas nominaciones de broma, a los reporteros y periodistas de Xalapa. Al final de cuentas todos se la pasaban muy alegres.

Así son algunos apuntes de la memoria del gran Fito Soler, que finalmente abandonó este mundo terrenal, para ir a disfrutar del paraíso celestial.

Para más información consulta nuestra página https://www.xn--bitacoraspolticas-ovb.com/

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Gilberto Haaz Diez – El adiós a Juan Pablo (Villegas)

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Las noticias malas suelen correr muy rápido. Alguien me informó que había fallecido Juan Pablo Villegas Pastor. Y mi mente comenzó a recordar esos momentos que platicamos, desde aquel infortunado y maldito cáncer que le quitaba la vida y había partido a Ciudad de México para el tratamiento. Cuando venía solíamos tomar un café en el desaparecido hotel Orbe. De allí esta foto. Le conocí desde hace muchísimo tiempo, en este pueblo chico casi todos nos conocemos. Era un amante de las artes y de la cultura, concertista del piano labró un trabajo y una carrera en el Instituto Regional de Bellas Artes (IRBAO), donde se mantuvo por años hasta el día en que intentaron quitarle ese edificio y ganó el pleito legal y hoy sigue siendo casa de artistas. Era su orgullo. Cómo lo eran su familia, su fallecido hijo que era un virtuoso de la música, su esposa, Susana Megías y sus demás hijos hasta presumir que aquí había nacido quien sería embajador de México en Rusia, Eduardo Villegas Megías. Juan Pablo siempre me hablaba de conversar con él, hasta que lo logramos un día que vino a México y en el hotel Gamma orizabeño platicamos sobre su trabajo en Rusia, adonde llegó recomendado por la esposa del presidente, Beatriz Gutiérrez Müeller. En el café de eso hablábamos, de su tratamiento médico, del pasado, de la poesía y los libros, me regaló esa mañana unos de Pancho Liguori, el epigramista orizabeño, quien era su amigo. Le acompañé también a la presentación de su libro en el Irbao, ‘Scherzo anecdótico a dos voces’, con la coautoría del periodista José Alfredo Paramo, y acompañado del alcalde orizabeño JM10, quien le hizo un reconocimiento público. Estaba emocionado. A veces lo traían en silla de ruedas, por ese mal, pero nunca se rindió. Hasta el final logró mantenerse como guerrero, hasta que su cuerpo se rindió. Hoy será sepultado y descansa en paz. El hijo desde Rusia le escribió un emotivo adiós. Aquí deja buenos y numerosos amigos y alumnos que han expresado su sentir en las redes sociales. Se te extrañará, querido profesor, ya estás al lado de tu hijo, y aquí un responso de Kirmen Uribe: “Tan solo recuérdame; recuérdame vital y generoso, / yo quise vivir hasta el último día. / Recuérdame y con el tiempo crecerán la hierba y el respeto, / brotarán las hojas y las palabras. / Créeme, crecerán: aunque lo hagan muy lentamente, / como las piernas de un niño, mientras sueña”.

LOS DIAS ACALORADOS

Este domingo, cuando se escriben estas líneas, hay Debate. El último para ir a la elección. He seguido intensamente el caminar del candidato a gobernador Pepe Yunes y también el del que va al senado, Miguel Ángel Yunes Márquez. En esta temporada de calo9r no hay tiempo para hidratarse, como hacen en el futbol, aquí la bebes o la derramas. Es ahora o nunca. Zacatecas o Veracruz. En Veracruz se huele un cambio, los dicen hasta los de la banqueta de enfrente. Las elecciones serán para encontrar los verdaderos caminos. Los que aquí vivimos en Veracruz no nos merecemos otro gobierno como este que hizo de Veracruz las noches más oscuras, por parafrasear a Winston Churchill cuando Inglaterra vivía noches oscuras y tiempos inciertos. Veamos el amanecer bien. Y que la fuerza los acompañe.

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Ángel Álvaro Peña – Cero Tolerancia de Mondragón

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ALMA GRANDE

Por Ángel Álvaro Peña

Luego de la Odisea que llevo a cabo el ex secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, desde el momento en el que se vio en el segundo lugar de las encuestas de Morena y de un previo impulso de su ex secretario de Seguridad Pública durante su gestión al frente de la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Manuel Mondragón y Kalb, quien, al ver que su hermano Marcelo se quedaba en el partido, prefirió buscar nuevos horizontes a pesar de que cuando lo apoyaba afirmaba que su contribución no tenía ninguna ambición política, sólo amistad.

Ahora, la amistad ha quedado atrás y la ambición política del policía karateca, se muestra al apoyar primero a Santiago Taboada, y luego a Xóchitl Gálvez, en materia de seguridad, como si él fuera el creador de la estrategia en cuya elaboración intervino no sólo Ebrard sino el alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, quien redujo, en su momento, considerablemente la inseguridad en esa ciudad de Estados Unidos a través de un programa llamado Cero Tolerancia, que formó parte del esquema de seguridad y que se creó desde la perspectiva de Mondragón, Ebrard, y Rudy Giuliani, en los puntos conflictivos de la ciudad de México.

El alcalde de Nueva York visitó México en 2003, cuando era secretario de Seguridad Pública Marcelo Ebrard y Jefe de gobierno Andrés Manuel López Obrador, cuando el funcionario fue invitado por Carlos Slim, para que diera un diagnóstico de la seguridad en la Ciudad de México. Se pasearon por Tepito con una multitud de guardaespaldas y un helicóptero que cuidaba la integridad del enemigo de la mafia neoyorquina.

Toda esa experiencia, distinta a la que llevó a cabo Claudia Sheinbaum, donde se atacan las causas de la delincuencia, esa es la que le vendió Mondragón a Taboada primero y a Xóchitl después y que, ante la carencia total de proyectos en esa materia, la adoptan como una verdadera novedad, con la que aseguran terminarán con la inseguridad en el país.

Ya para 2003, fecha de la visita a México, la estrategia de Cero Tolerancia chocaba con el surgimiento de los derechos humanos en México, de tal manera que se veía antigua aunque novedosa en nuestro país. Pero si la quiere aplicar Taboada en la CDMX o Xóchitl en el territorio se trata de un modelo vetusto que no tendría cabida y se daría a notar por lo autoritario y represivo.

Pero eso es lo de menos lo que debe aquí resaltarse es que son tiempos de plagios y hay unos más expertos que otros en el tema, de tal suerte que un plagio más no importa. Así, Xóchitl Gálvez copia un modelo de seguridad ante la carencia de un proyecto propio, aunque asegure que tiene resulto el esquema de propuestas, la verdad es que no hay ideas y menos aún en el problema que trata de colocar como el número uno: la inseguridad.

Marcelo Ebrard al saber que tanto Taboada como Xóchitl, adoptaban ese esquema, atribuyó plagio de la estrategia, como la instalación de videocámaras e implementación de cuadrantes.

La oposición tuvo seis años de vacaciones, donde no fue capaz de crear una estrategia de seguridad, porque sabemos que la candidata a la Presidencia ha dicho que implementaría el modelo de Calderón al llegar al poder, claro, antes de que le ofreciera esa gran novedad Mondragón y Kalb, quien intentó apantallar con un modelo con más de 20 años de retraso. Prueba fehaciente de que cualquier idea sobre combate la inseguridad es mejor que la de Calderón.

Las reuniones que Mondragón realizaba en sus oficinas de la calle Miguel Mancera, en la colonia Del Valle, tenían una especie de ritual sagrado, más cercano a lo espiritual que a lo mundano. Se exigía puntualidad precisa y se recogían los celulares de los asistentes a la entrada y se colocaban entre trofeos de la Asociación Mexicana de Karate y fotos del presidente de dicha asociación en plena batalla de artes marciales y desde luego una al centro con su carnal Ebrard.

Pedía a, los asistentes que se despojaran de todo prejuicio del pasado, que los presentes ya no serían más morenistas, ni obradoristas sino ebradoristas, en una especie de ritual de iniciación donde la figura central era el ex secretario de Relaciones Exteriores. Todo lo que ahí se platicaba Mondragón aseguraba que llegaría a los oídos de Ebrard, después se sipo que el futuro senador le hacía poco caso a los mensajes que le entregaba su mentor en seguridad.

Mondragón vivía de los reflectores de los medios, hacía gala de sus movimientos de artes marciales y nunca desperdició un espacio en la prensa. Ahora, a pesar de haber jurado en sus liturgias sociales en pro de la candidatura a la Presidencia de la Republica, de quien llamaba su hermano Marcelo Ebrard Casaubón, que no quería cargos públicos la nostalgia por el protagonismo lo traiciona. Sin importar que debe llevar consigo siempre un tanque de oxígeno para ayudarse a respirar, tampoco le importa cambiar de bando político ni mudar de ideología como si se tratara de ropa.

Pero no sería la primera vez que da bandazos Mondragón porque fue comisionado Nacional de Seguridad en el sexenio de Peña Nieto. Se dice de izquierda pero si se ve en el espejo la izquierda es la derecha y la derecha la izquierda, así que como el egocentrismo requiere del espejo permanentemente, cualquier lado de la política es bueno con tal de estar al frente del protagonismo y encabezando la egolatría, aunque algunos le llamen traición.

Para ser claro y no dejar dudas en momentos de definiciones, Marcelo Ebrard debió deslindarse y precisar su distancia al señalar: “Su asesor es mi ex Secretario de Seguridad: el Dr. Manuel Mondragón. El modelo panista es un fracaso, están importando el nuestro”.

PEGA Y CORRE.- Las primeras elecciones de las que se tendrá resultados muy cercanos a los definitivos serán los de la Ciudad de México. El conteo rápido de esta ciudad estará a cargo del INE y no del polémico Instituto Electoral de la Ciudad de México…. Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

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